Salud Mental: 22 señales de alerta
Así como un chofer prudente respeta los “Alto”, “Ceda el paso” y “Reduzca la velocidad” que guían su camino, las personas interesadas en su salud mental deben prestarle atención a las señales de alerta con que se topan en la desafiante carretera de la vida.
¿De qué estamos hablando cuando nos referimos a la salud mental?
De acuerdo con el psicólogo Moisés Palacios Méndez, del Hospital Metropolitano en Liberia, Guanacaste, se trata de un proceso de bienestar y desempeño personal que se caracteriza por la autoestima, autonomía, capacidad para tomar decisiones y responder a las demandas de la vida en diferentes contextos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define así ese concepto: “Un estado de bienestar en el cual cada individuo desarrolla su potencial, puede afrontar las tensiones de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera, y puede aportar algo a su comunidad”.
Sin embargo, esa organización ha llamado la atención reiteradamente acerca del aumento significativo de problemas de depresión y ansiedad que se ha registrado en el planeta durante la pandemia del Covid-19 debido a situaciones como confinamiento y muerte de seres queridos.
Los programas de salud mental, dice la OMS, han sido los más interrumpidos y afectados entre todos los servicios de atención esencial que se brindan en los 195 países que forman parte de esa organización.
Antes de avanzar, entendamos qué significan depresión y ansiedad. Ambas definiciones son de la Biblioteca Médica Virtual del Hospital Metropolitano.
“El desorden depresivo es una enfermedad que afecta a todo el cuerpo, al humor y a los pensamientos, a la alimentación y al sueño, a como la persona se ve a sí misma y lo que piensa con respecto a las cosas. No es lo mismo que sentirse infeliz o melancólico. Tampoco es un signo de debilidad personal o una condición que pueda superarse con solo desear que así sea o por el ejercicio de la voluntad. Las personas que sufren una enfermedad depresiva no pueden simplemente «controlarse» y reponerse”. (Más información en el recuadro: “Usted también puede ayudarse”).
“Si suele preocuparse mucho, incluso sin motivo, tal vez tenga trastorno de ansiedad generalizada. Quienes lo padecen están constantemente preocupados y no pueden controlarlo. Los proveedores de atención médica diagnostican este trastorno cuando la preocupación se produce la mayoría de los días y durante al menos 6 meses. Tal vez usted esté muy acostumbrado a preocuparse y quizás piense que es su forma de ser. Entre los motivos comunes de preocupación se encuentra su salud, el dinero, la familia o el trabajo. Todas las personas se preocupan por estas cosas de vez en cuando; sin embargo, esperar siempre lo peor puede impedir que se tenga una vida normal”.
Un informe de la revista médica británica, The Lancet, divulgado el 8 de octubre del 2021, dio cuenta de que en el 2020 -primer año de la pandemia por Covid-19- Costa Rica registró un incremento del 35,2% en el reporte de trastornos depresivos y un 35,6% para las perturbaciones de ansiedad.
Fundada en 1823, The Lancet es un medio de referencia para la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud. Tomó su nombre del instrumento quirúrgico llamado lanceta y es publicada semanalmente por The Lancet Publishing Group.
Estetoscopio mundial
En noviembre del presente año se cumplieron 32 años de la llamada Declaración de Caracas. Se trató de una cumbre organizada por la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud, que impulsó los primeros pasos en el cambio en el paradigma de la atención a la salud mental en América. A partir de entonces se inició la descentralización de los servicios de salud mental hacia la comunidad y el impulso a la defensa y protección de los derechos humanos de las personas con trastornos mentales.
Ahora bien, cuáles son algunas señales de alerta a las que hay que prestarles atención en materia de posible deterioro de la salud mental. Conozcamos las respuestas del psicólogo Moisés Palacios, del Hospital Metropolitano en Liberia, y la psicooncóloga Sofía Valerio, del Centro de Salud Mental Herrera Amighetti, y quien imagina esos avisos como banderas rojas que quieren decirnos algo.
- Pensamientos catastróficos. Pensar que todo se saldrá de control y terminará mal.
- Mente demasiado acelerada. No descansa, lo cual incide en problemas para dormir.
- Ideas suicidas. “El suicidio es una solución permanente para un problema temporal”, afirma Valerio.
- Rigidez mental. Ser muy duro consigo mismo, castigarse por fallar. Ideas tipo “soy lo peor, no sirvo para nada”.
- Apatía. Perder el gusto y el interés por lo que antes me gustaba. No se encuentra satisfacción en nada.
- Irritabilidad. Reacciones de enojo desproporcionadas.
- Molestias físicas que no tengan una explicación orgánica. Por ejemplo, alergias, migrañas, colitis, dermatitis, gastritis, presión alta, contracturas.
- Dejar de comer o hacerlo en exceso.
- Aislarse. Se descuidan las relaciones interpersonales con familia, amigos, colegas, compañeros de trabajo.
- Estar siempre a la defensiva.
- Mala gestión del tiempo. Incapacidad para establecer prioridades.
- Visión de túnel. El panorama luce oscuro y sin señales de luz; no se le presta atención a otras posibles opciones o soluciones.
La Biblioteca Médica Virtual del Hospital Metropolitano aporta otras señales:
- Temblores de cuerpo.
- Sudoración.
- Sofocos.
- Mareos.
- Dificultad para respirar.
- Necesidad de orinar a menudo.
- Incapacidad de relajarse.
- Problemas de concentración.
- Moverse con notable lentitud.
- Sentimientos de culpa sin motivo.
¿Qué hacer ante estas señales? Buscar ayuda profesional, pues si no se recibe tratamiento, los síntomas pueden persistir durante años y agravarse. (Conozca algunas otras acciones prácticas en la nota: “Cuente con una buena caja de herramientas”).
De acuerdo con la Biblioteca Médica Virtual, la Asociación Americana de Psiquiatría aconseja recurrir a la ayuda profesional cuando una persona presenta cuatro o más de los síntomas mencionados en forma continua durante más de dos semanas.
Hay que actuar como el chofer prudente que no solo respeta las señales de tránsito, sino que además le da buen mantenimiento a su vehículo.
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