Salud mental: 7 interrogantes necesarias
¿Qué pasó, en materia de salud mental, durante el primer año de la pandemia por Covid-19?
Los casos de depresión y ansiedad aumentaron en más de un 25% en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
¿Vivimos en un mundo en el que se comprende a las personas que padecen trastornos mentales?
Hay avances significativos, pero en muchas sociedades aún se estigmatiza, discrimina a este tipo de pacientes; incluso, se violan sus derechos humanos. En 20 países todavía se penalizan los intentos de suicidio.
¿Existe algún sector de la población cuyo bienestar psicológico sea más vulnerable?
Las personas más pobres y más desfavorecidas de la sociedad, en todos las naciones, son las que enfrentan mayores riesgos de sufrir una mala salud mental. Asimismo, son las que tienen menos probabilidades de recibir los servicios adecuados.
¿Cuáles son algunas de las causas de depresión más comunes en el mundo de hoy?
La OMS señala los siguientes: abusos sexuales en la infancia, acoso por intimidación, desigualdades sociales y económicas, emergencias de salud pública, guerras y crisis climáticas.
Una inyección de realidad
En países de bajos ingresos, los recursos públicos asignados a la atención de temas de salud mental representa el 0,5% del presupuesto general de salud, en tanto que en las naciones de altos ingresos este porcentaje asciende a 5,1%. ¿Qué significa esto? Que en el primer grupo de países el gasto en salud mental es de menos de 1 dólar por persona, frente a los $80 por individuo en el segundo grupo.
FUENTE: Organización Panamericana de la Salud.
¿Existen otros factores que incidan de manera negativa?
Sí. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) advierte sobre estos: cambios sociales rápidos, condiciones de trabajo estresantes, discriminación, modos de vida poco saludables y violencia.
¿Existen causas relacionadas directamente con las mujeres?
De acuerdo con la Biblioteca Médica Virtual, muchos factores hormonales pueden contribuir a la mayor tasa de depresión de las mujeres, en particular, factores como cambios a lo largo del ciclo menstrual, síndrome premenstrual, embarazo, abortos espontáneos, período postparto, perimenopausia y menopausia.
Muchas mujeres hacen frente a fuentes adicionales de estrés, como las responsabilidades del trabajo y el hogar, ser madres solteras y el cuidado de los hijos y de sus padres ancianos.
Asimismo, muchas mujeres son particularmente vulnerables después del nacimiento de un hijo. Los cambios hormonales y físicos, así como la responsabilidad adicional de una nueva vida, pueden constituir factores desencadenantes de la depresión postparto en algunas mujeres. Si bien la «tristeza» transitoria es común en las nuevas madres, la presencia de auténticos episodios depresivos no es normal y requiere intervención activa. Resulta fundamental que la nueva madre reciba tratamiento de un médico receptivo y que cuente con el apoyo emocional de su familia a fin de ayudarla a recuperar su bienestar físico y mental, así como su capacidad para cuidar al niño y disfrutar de él.
¿Existen diferentes tipos de depresión?
Sí. La Biblioteca Médica Virtual identifica a los siguientes como los más prevalecientes:
- Depresión profunda. Combinación de síntomas (Lea la nota: “Salud mental: 22 señales de alerta”) que interfiere con la capacidad de trabajar, dormir, comer y disfrutar de actividades que fueron antes una fuente de placer. Estos episodios invalidantes de depresión pueden presentarse una, dos o varias veces en el curso de la vida.
- Síntomas crónicos, de largo plazo, que no resultan invalidantes pero impiden que quien los padece viva «a toda máquina» o se sienta bien. En ocasiones, las personas que sufren de distimia también experimentan episodios de depresión profunda.
- Desorden bipolar (manía-depresión). Condición crónica, recurrente que incluye ciclos de depresión y euforia o manía.
Dentro de esos tipos, existen variaciones en cuanto a la cantidad de síntomas, su gravedad y persistencia.
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