Los adultos mayores no son como niños
Moisés Palacios, Psicólogo del Hospital Metropolitano en Liberia
Sobre los adultos mayores caen y pesan una serie de estereotipos y prejuicios que pueden terminar afectando la salud mental de estas personas.
Por ejemplo, la idea de que los adultos mayores son como niños y entonces hay que hacerles absolutamente todo pues son incapaces de valerse por sí mismos.
Ellos pueden experimentar una profunda tristeza por las actividades que no pueden o no los dejan hacer.
Esta situación se torna más complicada cuando se trata de personas que fueron profesionales exitosos, pero de repente pasan en sus casas sentados todo el día, sin realizar actividades.
Una cotidianidad de este tipo puede generarles cuadros de ansiedad.
Ahora bien, es importante tener claro que una persona puede sentirse ansiosa sin que esto signifique que padece un trastorno de ansiedad.
Sentirse preocupado por alguna actividad es parte de la vida; es vital reconocer la diferencia, en lo cual resulta de mucha ayuda la opinión de un especialista.
Un factor protector para los adultos mayores es contar con redes de apoyo que les permitan sentirse activos, participativos e integrados a un grupo o grupos sociales; por ejemplo, grupos para hacer ejercicios físicos, promover vínculos afectivos, conversar, convivir e interactuar con otras personas. Lo importante es que la vida gire en torno a nuevos planes e intereses.
En materia del bienestar de estos seres queridos, es necesario a las expresiones de insatisfacción con la vida.
Una persona adulta mayor que con frecuencia mira hacia atrás y se lamenta de que no hizo nada con su vida puede experimentar emociones negativas como: miedo, ansiedad, tristeza, ira y vergüenza. En algunos casos, estas personas pueden generar cuadros de depresión y ansiedad importantes que ameritan tratamiento profesional. Las emociones negativas son uno de los principales factores para contraer enfermedades físicas y psicológicas.
Algunos factores protectores en la adultez mayor pueden ser: promover integración a grupos, sentarse a conversar con ellos para que puedan expresar sus emociones, visitarles en fechas significativas para que se sientan apoyados y no se sientan solos, motivarlos a hacer crucigramas o resolver problemas matemáticos, realizar estimulación cognitiva para prevenir problemas de memoria, atención y concentración, y actividades físicas que les permitan movilidad como caminatas o bailes, también programar con ellos y ellas visitas periódicas al hospital para realizarse chequeos médicos preventivos.
Las personas adultas mayores necesitan un acompañamiento que promueva autonomía, calidad de vida, salud física y salud mental. Además, que se prevenga la fragilidad y se obtengan cuidados integrados sin estereotipos y prejuicios.
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