Cáncer de mama: factores de riesgo

Dr. Leonardo Lami, oncólogo de la Red Médica MediSmart

Un factor de riesgo es todo aquello que afecta la probabilidad de padecer una enfermedad. En el caso del cáncer de mama, estos factores son, entre otros, los siguientes:

Sexo.

La gran mayoría de los diagnósticos de cáncer de mama se producen en mujeres. Los hombres suponen menos del 1% de los casos.

Edad.

El riesgo de desarrollar cáncer de mama aumenta con la edad; la mayoría de los diagnósticos se producen a partir de los 50 años.

Esto no significa que las mujeres jóvenes no puedan desarrollar la enfermedad; de hecho, en Costa Rica están aumentando los diagnósticos a edades tempranas.

Antecedentes familiares.

Aquellas personas con un pariente de primer grado (madre, hermana) que ha tenido cáncer de mama tienen más posibilidades de desarrollar la enfermedad.

Estas agregaciones familiares son más frecuentes si la enfermedad es bilateral (localizada en ambas mamas) o es diagnosticada a edades tempranas (antes de los 40 años).

Se encuentran antecedentes familiares en aproximadamente un 20% de los casos de cáncer de mama.

Antecedentes de algunas alteraciones mamarias benignas.

Las mujeres que han tenido o tienen ciertas afecciones benignas de la mama, como hiperplasia ductal atípica, fibrosis simple, adenosis no esclerosante o calcificaciones relacionadas con el epitelio, entre otras, también pueden tener un mayor riesgo.

Factores genéticos.

Existen variaciones genéticas que se transmiten de generación en generación y están muy relacionadas con el cáncer de mama.

Aunque son poco frecuentes, se calcula que alrededor de un 5-10% de todos los casos de cáncer de mama se deben a factores hereditarios.

Los genes portadores de estas mutaciones que actualmente son más conocidos  y habituales son BRCA1 y BRCA2.

Administración de hormonas exógenas.

El tratamiento hormonal sustitutivo en la menopausia aumenta las posibilidades de desarrollar cáncer de mama.

Obesidad en mujeres postmenopáusicas.

Un mayor índice de grasa corporal en mujeres que han superado la menopausia, aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad.

Sedentarismo.

El riesgo de desarrollar cáncer de mama disminuye a medida que una persona aumenta su gasto energético.

Diversos estudios señalan que las mujeres físicamente inactivas mostraron un aumento de riesgo de un 71%  en comparación con aquellas que cumplían las recomendaciones internacionales en cuanto a la práctica de ejercicio físico.

Dieta.

Lo expreso en positivo: la alimentación basada en el consumo abundante de frutas, hortalizas y verduras, y, por ende, pobre en alimentos ultraprocesados, podría reducir hasta en un 30% el riesgo de desarrollar un tumor de mama.

Conocer los riesgos y sobre aquellos que son modificables, puede tener un impacto positivo en la disminución del riesgo de desarrollar esta enfermedad.

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